Primera virtud estoica - La llamada del Coraje - La fortuna favorece a los valientes

 SERIE LAS 4 VIRTUDES ESTOICAS

PRIMERA VIRTUD ESTOICA - EL CORAJE

LA LLAMADA DEL CORAJE - LA FORTUNA FAVORECE A LOS VALIENTES

No esperemos que los demás vengan a decirnos lo que nos compete; comencemos a mover y animar a los otros para que emprendan estas obras de valor y virtud. Mostraos ahora valientes y esforzados capitanes y merecedores de los cargos que tenéis más que ningún otro.

La virtud se traduce en algo muy sencillo y eterno: Excelencia, Moral, Física, Mental.

La virtud constaba de cuatro elementos clave (4 virtudes cardinales):

  1. Coraje (Valor, fortaleza, honor, sacrificio).
  2. Templanza (Autocontrol, moderación, compostura, equilibrio).
  3. Justicia (Imparcialidad, servicio, hermandad, bondad, gentileza).
  4. Sabiduría (Conocimiento, educación, verdad, introspección, paz).

Estos valores son la clave de una vida de honor, de gloria, de excelencia en todos los sentidos.

La virtud es algo que hacemos, es algo que elegimos.

El coraje es riesgo, es sacrificio, compromiso, perseverancia, verdad, determinación.

Cuando haces lo que otros no pueden o no quieren hacer. Cuando haces lo que la gente cree que no debería o no puedes hacer. Tienes que enfrentarte a algo o a alguien.

En un mundo feo, el coraje es bonito. Gracias a él existen cosas bonitas.

PRIMERA PARTE-MIEDO

Es imposible vencer a un enemigo que no entiendes y el miedo es el enemigo del coraje.

Los valientes no están exentos de miedo; ningún humano lo está. Antes bien, su capacidad para superarlo y dominarlo es lo que los convierte en seres extraordinarios.

Si deseamos ser grandes, primero debemos aprender a conquistar el miedo, o al menos a superarlo en los momentos decisivos.

Un susto es una emoción repentina y pasajera. Se puede disculpar. El miedo es un estado de ánimo, y permitir que te domine es una vergüenza.

Uno te ayuda, te mantiene alerta, te despierta, te informa del peligro. El otro te anima, te debilita, incluso te paraliza.

Es normal asustarse. Lo que no es normal es dejar que eso te detenga.

"El mundo es un puente estrecho, y lo importante es no tener miedo".

Se ha dicho que los lideres venden esperanza, pero en un sentido práctico también son asesinos del miedo.

La única forma de encarar el problema es atacar a ese miedo. Con lógica. Con claridad. Con empatía.

En la raíz de casi cualquier miedo esta lo que los demás pensaran de nosotros. 

Que otros se preocupen por lo que dirán de ti. Lo harán de todas formas.

No puedes permitir que cunda el pánico; nadie ha hecho algo importante sin cabrear a los demás.

Y jamás ha habido un momento en el que la opinión general de gente anónima deba valorarse por encima de nuestro juicio ponderado.

Siempre son menos de los que imaginas, los obstáculos, los enemigos, los críticos no son tan numerosos como crees. Es una ilusión que quieren endosarte.

Un poco de vigilancia, un poco de empatía, no nos hace blandos, Nos da confianza. 

Ahora vemos la realidad. Los demás están más asustados que nosotros.

Los golpes inesperados son los más duros y dolorosos. Esperando, definiendo, lidiando con lo que puede ocurrir, lo hacemos menos temible y peligros.

El cometido de un líder es pensar en lo impensable.

Tenemos que cultivar el coraje necesario para analizar lo que nos da miedo. 

También tenemos que cultivar el coraje para pensar en todo lo que podría ocurrir, aquello que nos desagrada pensar, lo insólito, lo inesperado, lo improbable.

Cuando el miedo se ha definido, se puede vencer.

Un miedo vago basta para desanimarnos; cuando más lo analizamos, menos poder tiene sobre nosotros.

Teníamos miedo porque no sabíamos. Éramos vulnerables porque no sabíamos. Pero ahora sabemos. Y gracias a esa conciencia podemos avanzar.

No te preocupes por si todo será difícil. Porque lo será, Antes bien, piensa que eso te ayudará, Por eso no tienes que temer.

Si fuese fácil, cualquiera podría hacerlo. Y si cualquiera pudiese hacerlo. ¿Qué valor tendría?

Es difícil. El riesgo es una característica, no una traba.

Nec aspera terrent. Que no te asusten las dificultades.

No hay nada mejor que la adversidad.

Cada derrota, cada desilusión, cada perdida, contiene su semilla, su lección sobre cómo mejorar el futuro.

La necesidad es siempre la madre del valor. No es malo que te esté pasando esto. Es un entrenamiento.

Además, no todo el mundo tendría la fuerza para verlo de esa forma.

Este momento es una prueba. Es bueno que ocurra ahora, no en el futuro, porque gracias a haberlo vivido hoy serás mejor en ese momento.

Es bueno que sea difícil. Desanima a los cobardes e intriga a los valientes.

La vida ya es demasiado arriesgada como para considerar cada peligro aislado. Es mejor ponerse manos a la obra. Enfrentarte tarde o temprano a lo que debes.

Cuando nos imaginamos de todo, cuando no dejamos de dramatizar, nos desanimamos y tenemos más miedo.

Razona en momentos de dificultad; puede suavizar lo duro, ampliar lo estrecho y aligerar lo pesado, si se sabe llevar. Es un equilibrio delicado, pero se puede alcanzar.

Es muy fácil juzgar, es muy difícil saber.

Saber lo que está viviendo otra persona. Saber cuáles son sus razones. Con qué riesgos trata de lidiar y a quien y que trata de proteger.

Si crees que algo da mucho miedo, te lo dará. Si crees que no tienes poder, no lo tendrás. Sino eres el capitán de tu destino, el destino será tu capitán.

Si no creemos en nada, es muy difícil encontrar algo en lo que valga la pena creer.

Si crees que no hay nada que hacer, es probable que no hagas nada.

Los valientes no desesperan, creen. No son cínicos, se preocupan. Creen que hay cosas por las que vale la pena morir; que existe el bien y el mal.

Saben que en la vida hay problemas, pero prefieren formar parte de la solución que ser espectadores.

No existe progreso sin riesgo.

Todo crecimiento es un salto al vacío. Si te da miedo, jamás harás que valga la pena. Si te dejas asesorar por tus miedos, nunca dará el paso, nunca saltaras.

Cada uno de nosotros somos originales por naturaleza.

Nos conformamos por miedo. No hacemos lo correcto por miedo. 

No importa quien ni cuantos te ataquen; tienes que ser tú mismo. Con seguridad, con autenticidad, con valentía.

No necesitamos enfrentarnos a la multitud en cada mínimo aspecto.

Porque el coraje de ser distinto es el coraje de pensar de forma diferente, de ver lo que los demás no ven, de oír lo que los demás no oyen.

Se original, se tú mismo. Ser alguien ajeno a ti es de cobardes. No dejes que la opinión de los cobardes influya en lo que piensas o haces. El futuro depende de ello.

"Aquello marco la diferencia, el momento de la verdad".

El miedo a lo que piensen los demás, a la vergüenza o la incomodidad, no es el mismo que refrena a un hombre de entrar en combate, pero es una limitación, una falta de coraje que nos priva de nuestro destino.

Apostar por ti supone arriesgarte al fracaso. Hacerlo en público supone arriesgarte a la humillación. Cualquiera que trata de salir de su zona de confort tiene que saberlo.

Tienes que estar dispuesto no solo a apartarte del rebaño, sino a ponerte delante de ellos y a decir lo que piensas o sientes. Por algo se llama "Vida Pública".

No se puede tener éxito en privado.

Cuando huimos para sentirnos cómodos, para no llamar la atención, para ponernos al fondo de la sala en lugar de en los primeros puestos, estamos huyendo de la oportunidad. Cuando cedemos al miedo, cuando dejamos que este decida lo que haremos y lo que no, renunciamos a mucho. No solo al éxito, sino también a la realización personal.

No dices lo que piensas para despertar lastima ni compasión, sino para que a otro no le pase lo mismo.

Tememos abrirnos, nos da miedo compartir, no queremos que alguien sepa cómo nos sentimos. Y por eso todos nos sentimos más solos.

Es normal necesitar una pausa. Es normal necesitar una mano amiga. Necesitar consuelo, un favor, perdón, lo que sea.

No conseguirás nada de eso si no lo pides. No conseguirás lo que te da miedo reconocer que necesitas. Pídelo ahora, en este preciso instante, cuando aún tienes el coraje. Antes de que sea demasiado tarde.

Nosotros elegimos la voz que queremos escuchar.

Lo que deseamos en la vida, lo que el mundo necesita, va más allá del miedo. El coraje es la llave de todo, si es que elegimos ponerlo en práctica.

SEGUNDA PARTE-CORAJE

El coraje es el manejo y el triunfo sobre el miedo.

Es la decisión de hacerse cargo, de intervenir en una situación, en ti, en el destino al que el resto se ha resignado.

Podemos maldecir la oscuridad o podemos encender una vela.

Si la cobardía es la incapacidad para cumplir con tu deber, el coraje es la decisión de dar un paso adelante y hacerlo.

"Asumamos las circunstancias tal como nos llegan".

Cuando seguimos nuestro destino, cuando aceptamos lo que está destinado a ser nuestro, jamás estamos solos.

Como la vida es acción y pasión, es necesario que un hombre comparta la pasión y la acción de su tiempo so pena de que se juzgue que no ha vivido.

El primer paso es creer que un individuo puede marcar la diferencia. El siguiente es comprender que tú puedes ser esa persona.

El entrenamiento no es exclusivo de los deportistas y los soldados. Es la clave para vencer el miedo en cualquier situación.

Podemos manejar lo que conocemos. El peligro se puede mitigar mediante la experiencia y el entrenamiento. 

El miedo lleva a la aversión. La aversión, a la cobardía. La repetición lleva a la confianza. La confianza lleva al coraje.

Los conocimientos son útiles, pero la preparación te hace valiente.

A veces, lo mejor para empezar es un acto pequeño.

Nunca pierdas la oportunidad de comenzar algo, por pequeño que sea.

Empezar por lo pequeño para conseguir algo grande.

No hay otra forma: tendrás que pasar a la acción. Pero te sorprenderá lo mucho que los pequeños cambios marcan la diferencia.

No existe posibilidad de éxito si no haces nada, si ni siquiera lo intentas.

Puede que quedándote callado consigas no sentirte culpable, pero no hay excusa que valga. Eres culpable. Eres un cobarde. Puede que nadie quiera oír la verdad, y quizá le asuste escucharla, pero no puede darte miedo decirla.

Lo que no cambias, lo eliges.

El primer mejor momento para abordar un problema delicado paso hace mucho, el segundo mejor momento es ahora.

No solucionaras un problema debatiendo sobre él, sino decidiendo lo que vas a hacer y luego poniéndolo en práctica. No se trata de decidir por decidir, por supuesto que no, sino de tomar la decisión adecuada ya. Y si te equivocas, vuelve a decidir con el mismo coraje y claridad.

No importa quién eres o qué historial tienes. Lo que importa es el momento, a veces menos incluso que un momento.

A veces lo que necesitamos son veinte segundos de coraje irracional. Veinte segundos para ser valientes, aunque te de vergüenza. Y te prometo que el resultado es magnífico.

Recibir las dificultades como elementos de una vida interesante.

Debemos ponernos a prueba. Tenemos que convertir el coraje en un hábito.

Debemos procurar que nuestro sistema nervioso sea nuestro aliado, no nuestro enemigo.

Independiente de cuál sea tu meta, debes perseguirla con uñas y dientes.

Cuando eres valiente, cambias la realidad porque con ellos haces valientes a otros.

La norma es: Decidiste actuar, ahora asúmelo. Sin excusas. Sin excepciones.

Lo único que te pedimos es que hagas lo que te corresponde. Que seas dueño de tus actos. Cuando eres un líder, eso es lo mínimo.

La disposición a aceptar la responsabilidad de la propia vida es la fuente de la que brota el respeto por uno mismo.

Si vas a expresar tu opinión, firma con tu nombre. Firma con tu nombre en todo lo que hagas. Es lo más valiente, lo mínimo que puedes hacer.

Si lo rompes, lo compras. Si das un paso, lo asumes. Si lo dices, lo mantienes. Si lo ordenas, aceptas la culpa.

Esa es la fuente de la que brota el respeto por uno mismo y de la que nacen los lideres.

Solo un fracasado deja de luchar contra su rival antes de que termine el partido. 

La fortuna favorece a los valientes.

El coraje es el punto medio entre dos vicios: la cobardía, que es la más conocida, pero también la imprudencia, que es igual de peligrosa.

La cautela y el cuidado no son antónimos del coraje, sino complementos. Asegúrate de combinarlos.

Aunque la capacidad de acción es algo con lo que todos nacemos, pocos decidimos ejercerla. Empieza con una decisión, pero se afianza con la acción.

De modo que se más valiente. Ahora. Aquí, en este momento decisivo.

Si el coraje, es el acto de jugarse el pellejo, la definición de lo heroico es muy simple: consiste en arriesgarse por alguien.

Es bueno ser valiente. El mundo quiere saber si tienes cojones. Pero el porqué, el dónde y el cuándo importan. La causa lo es todo.

Hay que ser valiente para soportar el sufrimiento, la inquietud, la preocupación.

Una retirada a tiempo es una victoria.

Una retirada requiere coraje: hay que estar dispuesto a hacer el ridículo, a ser criticado, a asumir la responsabilidad, a hacer lo que sabes que es correcto.

Sun Tzu decía que es mejor ganar sin luchar: hacerlo de tal forma que el enemigo pierda antes de empezar.

"Guárdate las riñas, pero, si peleas, haz que tu adversario se guarde de ti.

Un largo desierto. Un valle inhóspito. En cualquier caso, tendrás que cruzarlo. Necesitaras paciencia y aguante y, sobre todo, amor. No puedes permitir que este periodo te amargue. Tienes que asegurarte de que te convierte en alguien mejor.

Las dificultades hacen que el destino sea glorioso. Y heroico.

El líder se arriesga por nosotros. Da un paso al frente. Contagia su coraje.

Cuanto mayor es el sacrificio, mayor es la gloria. Aunque los logros no parezcan tan notables.

Los lideres son vendedores de esperanza.

La derrota es una opción. El valiente nunca la escoge.

Creemos que el coraje significa ser invencible, no.

Significa volver a levantarte cuando te han vencido.

El estoicismo te ayuda a recuperarte cuando el mundo te vence y, durante la recuperación, te hace más fuerte a un nivel muy profundo.

los estoicos se curan centrándose en lo que pueden controlar: su respuesta.

¡Las palabras no importan, las acciones si!

El coraje no es solo una de las virtudes, sino la forma de cada virtud cuando se pone a prueba.

Intenta vivir con moderación, intenta ser sincero, intenta perseguir el conocimiento, intenta hacerlo en un mundo que ha renunciado a la sabiduría, el autocontrol y la justicia.

El carácter de un hombre es su destino. Significaba que lo que creías determinaba lo que hacías.

La finalidad de las cuatro virtudes era infundir carácter, para que, llegado el momento crítico, una persona pudiese actuar de manera instintiva.

Ceder al miedo es negar los dones y aptitudes que te han llevado adonde estás. Es privarte de la capacidad de acción que te dieron al nacer.


Tomado del libro: La llamada del coraje.

Ryan Holiday










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